jueves, 11 de octubre de 2012

Arte y Salud


Arte y salud

La función terapéutica de la expresión artística posee efectos sobre personas de diferentes edades y culturas. El arte es una forma de expresión natural e inherente al ser humano, es una potencialidad que tiene pero que a menudo se ve reprimida al pertenecer al nivel más bajo en la escala de valores de nuestra sociedad. El acceso a la práctica del arte (y también a un acercamiento a este desde el lugar de espectador) es de suma importancia.
El hecho de pintar, dibujar o construir en la tridimensión proporciona a la persona un espacio de concentración, sumiéndola en un estado similar a la meditación. Cuando uno se fusiona con lo que está haciendo, uno deviene línea, deviene color. Es capaz de ver el mundo desde otra óptica, de vincularse a la vida de manera menos dolorosa.
En la medida en que se ponen en juego cuestiones como la creatividad y la toma de decisiones, se refuerza la autoestima. A esto se le suma la satisfacción del trabajo terminado: es allí cuando uno toma conciencia del desarrollo de sus potencialidades, de lo que ha sido capaz de lograr con lo que hizo.
La práctica artística también ayuda a aprender a tolerar las frustraciones, el prestarse en un juego de ensayo y error en el cual se aprende continuamente.
Recomiendo el siguiente ejercicio para iniciarse en la práctica del dibujo: observar una planta, y dibujar todo lo que ve en ella. No importa si las proporciones no salen iguales, o si las formas son ligeramente distintas. La clave radica en la concentración y en la conexión que se experimenta con lo observado, que no es más que una prolongación de nuestro universo vital.

jueves, 23 de agosto de 2012

Recomendaciones musicales

Esta música que presento es para escuchar, y a la vez para enseñarla jugando.

Del Promúsica de Rosario:
  • Música para niños, volumen 1, 2 y 3
  • El Promúsica canta a los más Chiquitos
(Estos 3 cd siguientes son para escuchar a partir de los dos años y medio o tres, depende de la pesonita)
  • Con la música a todas partes
  • Cantemos con el Promúsica de Rosario
  • El Promúsica canta a los niños del mundo
(Para escuchar a partir de los 4 años dependiendo de la personita)
  • Cantante y sonante
  • Con arte y con parte
De Los Musiqueros (es un trío de Buenos Aires) cualquiera de sus producciones. Son todas buenas.

La siguiente música es para presentar al bebé o niño como si fuese una pintura. Simplemente dejar que suene. Así cada uno va a escuchar lo que pueda escuchar (acorde a su capacidad perceptiva la persona dosifica su asimilación naturalmente y de manera saludable). Es sabido que esta música es compleja ya que en líneas generales, fue compuesta para personas mayores.

Aquí algunas obras:

Juan Sebastian Bach:
  • Suites
  • El arte de la fuga o Tocata en Fuga
  • Sonatas para violín
  • Conciertos Bradenburgueses
  • Cantatas
Schubert:
  • Lieder
Strauss:
  • Valses
Chopin:
  • Valses y Nocturnos
Pachelbel:
  • Cannon en Re
Beethoven:
  • Sonata Claro de Luna
  • Sinfonía 9
Tchaikovsky:
  • El lago de los Cisnes
  • Concierto 1
Mozart:
  • La Flauta Mágica
  • Sinfonía 40
  • Concierto 21
  • Sonata 11 a la turca
  • Sonata en Do mayor
  • Concierto para Clarinete en La mayor
  • Canción de cuna
Brahms:
  • Canción de cuna
por Juan Cantore



Perdonar

  Dedicado a los que quieran aligerar su vida... es decir sentirse en paz, armonía, felices y libres!!!

  Quiero hablarles de tres palabras que considero mágicas: perdonar, aceptar y olvidar. Aunque si logramos perdonar las otras dos habrán quedado incluidas.
  Los seres humanos somos grandes magos, pero ser mago implica trabajar mucha física, mental y emocionalmente. Física porque tenemos que hacerlo ubicando nuestro cuerpo en el silencio y aquietarlo de modo que nuestro cerebro trabaje trayendo hacia nosotros el problema o la persona que nos hizo algo y no podemos perdonar, ni olvidar. En esto también está trabajando nuestra mente. Y emocionalmente aquietando nuestra rabia o el dolor que se nos causó buscando para ello todo el amor y la compasión que llevamos en nuestras profundidades y, porqué no, las razones posibles por las que se llegó a la situación de dolor tratando de ver en qué colaboramos para llegar a la misma.
  Para ello tenemos que ampliar la mirada y también ser un poco autocríticos, pero con amor, que es la primera palabra mágica, y siendo compasivos con nuestros errores. Si sabemos amarnos también sabremos perdonarnos.

  No estoy diciendo que perdonar y perdonarnos sea algo fácil, pero al lograrlo tendremos en nuestras manos una poderosa herramienta de sanación. Y seremos libres de rabia, rencor, culpa, vergüenza y resentimiento. De este modo habremos recuperado nuestro poder y nos sentiremos livianos y ágiles para emprender nuevos caminos con alegría.

L.C.D




sábado, 4 de agosto de 2012

Tai Chi Chuang I

Tai Chi Chuang


El Tai Chi Chuang (taijiquan) probablemente sea el arte marcial sobre el que más hay escrito. Esto  se debe al gran desarrollo que ha tenido su práctica en los últimos 50 años motivada por el alto alcance de esta. Lo practican tanto los interesados en artes marciales como en meditación, quienes buscan un buen estado físico o quienes están en proceso de rehabilitación. También se ha estimulado desde China su parte deportiva aunque esta aún está en desarrollo.
Los tres monosílabos que conforman la palabra significan en principio:

  Tai: grande, inmenso, supremo.
  Chi (ji): último, final, cumbre (no confundir con chi (qi): energía)
  Chuang (quan):  puño, boxeo, arte marcial.
                                   

Tai chi chuang puede traducirse entonces como el Boxeo de la Cumbre Suprema o, más poeticamente, el Ultimo y Supremo Puño. 

El Tai Chi Chuang forma parte de las llamadas artes marciales internas (nei kung), junto con el Pa kua (Bagua) y el Hsing I (Xing yi) diferenciándose de las artes marciales externas (wai kung) como el Shaolín chuang o los distintos estilos de kung fu. Esta diferencia tiene una explicación amplia siendo la más difundida la del origen: las artes internas provienen del taoísmo y las externas del budismo. Esto es relativo porque con el tiempo ambos sistemas han sido influenciados por la escuela sincrética del neoconfucianismo. Pero también existen otros motivos posibles. El monje shaolín, por ejemplo, debía irse de su hogar mientras que el practicante de Tai Chi lo hacía en el seno de su familia o clan. También en la alquimia se marca esta diferencia: En la alquimia interna (Nei dan) se realizan ejercicios respiratorios mientras que en la externa (wai dan) se buscan elixires y pociones, aunque ambas compartan el objetivo de alargar la vida.

El Buda y el Gong


El Buda y el Gong

  Sobre el camino imperial que iba de Nanqing a Cantón había un pueblo de gente laboriosa y humilde. A pesar de que por aquel camino pasaban numerosas caravanas el poblado no prosperaba, nada de aquella riqueza se quedaba allí.
   La comida era buena, el agua pura, el trato inmejorable pero los apresurados comerciantes no querían perder ni un momento y se apuraban hacia las grandes ciudades a vender sus telas, sus cerámicas y su jade.
   Así fue que los jefes de las familias se reunieron viendo que el poblado languidecía y sus hijos abandonaban las tierras de sus antepasados. Entonces tuvieron una idea que resultaría muy exitosa, allí y en otras ciudades de todo el mundo aún en el lejano futuro que ellos no vislumbraban. Pensaron que si ponían una figura de veneración los viajeros se quedarían los tres días de rigor para tener buena fortuna en los negocios.
   El herrero del pueblo se ocuparía de todo. Hábil artesano, reunió todo el oro que los habitantes le dieron y lo dividió en dos partes exactamente iguales. A una de ellas la fundió y volcó en un molde para hacer un brillante gong. Una vez que se enfrió lo pulió y envolvió en seda clara. Con la otra mitad del metal hizo planchas delgadas. Luego construyó un armazón de hierro y sobre él fue colocando una a una las planchas golpeándolas con un martillo de madera para darles la forma del Fo Amituo. Este trabajo le llevó largo tiempo y los pobladores se habituaron a escuchar los martillazos desde la salido del sol hasta el anochecer.
  Cuando la tarea estuvo terminada todos apreciaron el gran trabajo del artesano. Colocaron el buda en un altar y colgaron el gong a un costado. Entre estos descansaba el martillo de madera con que el herrero modelara la estatua.
   Al otro día trajeron un monje para realizar el Kaiguang y pronto el rumor se corrió entre los viajeros.

   La idea, decíamos antes, fue un éxito. Cada comerciante que pasaba por el camino imperial se acercaba al altar, golpeaba tres veces el gong con el martillo de madera y luego quemaba incienso y se inclinaba ante la estatua. Y desde luego, se quedaba en el pueblo hasta terminar el rito.

   Pasaron los años, los sonoros golpes y el incienso hasta que una noche el gong se cansó y le dijo al buda:
   -¿Acaso no somos del mismo oro? Tú podrías haber sido yo, y yo tú mismo. Sin embargo  recibo golpes y golpes cada día y en cambio a ti te veneran, te ofrecen inciensos y flores.
   Me gusta imaginar que aquella representación del Fo Amituo sonrió al escucharlo y recordando las fuertes manos del herrero le dijo:
   -Es que a los golpes yo los recibí antes.



Según me contó el señor Luis Yuen
y algo adornada por mí.